Feng Shui

Feng Shui quiere decir  viento y agua , la teoría china define esto guardar la energía necesaria para la vida. Significando que el viento trae la energía y el agua lo guarda En función de la orientación que tenga la casa que habitamos o donde estemos, el “viento” traerá un tipo u otro de energía.  No es lo mismo la energía que viene del este que la que viene de oeste, la que viene del sur o la que viene del norte. El Feng Shui analiza estos factores para “medir” estas energías y determinar tanto sus cualidades como la cantidad de energía que tiene ese lugar. Del mismo modo analiza cómo coge esa energía el lugar, estudiando la diferente estructura tanto del terreno como de la casa, así como también los cursos de agua o carreteras que rodean el lugar. Una vez se tiene  los datos de la cantidad y calidad y como es de la energía que llega a la casa y de la cantidad de Qi que guarda la casa, lo siguiente es buscar cómo actúa  con los habitantes del lugar  ya que una misma energía afecta de manera diferente a distintas personas . Normalmente la buena energía es buena para todas las personas, pero hay veces  que la misma energía tiene una acción distinta para una u otra persona afectando de modo distinto diferentes áreas de su vida, por lo que en el Feng Shui realiza recomendaciones específicas a cada uno en función de la energía del lugar que habita.  Se realiza tanto dentro como fuera de la vivienda, pues la casa  es un “ser vivo” que se nutre de la energía del contexto y por tanto todo lo exterior incide de forma muy potente sobre el interior, siendo de mucha importancia el contexto energético donde se encuentra la vivienda, que la energía que pueda tener la casa, aunque ambos aspectos son necesarios. En viviendas integradas en edificios es casi imposible realizar cambios , aunque en excepciones  es posible  realizar pequeños cambios. Donde sí es ideal realizar feng shui es en viviendas unifamiliares rodeadas de jardín o terreno, pues esa energía del exterior puede también conjugarse en función de lo que más nos interese para la casa . Una vez que hemos obtenido todos los datos sobre la energía del lugar, el siguiente paso es planificar que hacer . Para ello, por un lado se deberá minimizar las energías negativas que entran en la casa y por otro se alimentars las energías positivas para usarlas en nuestro beneficio. Estas actuaciones energéticas se refieren tanto a aspectos estructurales: paredes, ventanas, puertas, escaleras, etc., como a aspectos decorativos: fuentes de agua,  diferentes mobiliarios, colores a usar, etc.,  Los chinos consideran que tenemos tres suertes, la del cielo, la de la tierra y la del hombre, influyendo cada una de ellas un 33’33% sobre los acontecimientos que nos deparará nuestra vida. Sobre la suerte del cielo no podemos realizar cambios ni influencias. En la suerte del hombre influye poderosamente la actitud personal, así como la preparación académica, y las capacidades socioculturales que tengamos para desarrollar nuestros potenciales. En la suerte de la tierra es donde entra el Feng Shui, que trabaja las energías que llegan del cosmos y que modificadas por la atmósfera, las formas orográficas, los accidentes de la naturaleza y la presencia de otros aspectos de la tierra como los cursos de agua, son las que nos llenan de vida. Por tanto, si tenemos una buena actitud personal, así como una buena preparación intelectual e espiritual  y al mismo tiempo vivimos en una casa donde la energía se encuentre equilibrada, tendremos las dos terceras partes de lo que necesitamos para poder tener una vida en armonía y  las energías del cielo nos ayudan (apoyo del cual casi siempre tenemos mucho más que un mínimo) , ocurre entonces  que casi siempre que logremos en la vida aquello que nos haga felices. En feng shui hay una regla que dice: si funciona, no lo modifiques. Aspectos  de nuestra vida que queremos mejorar y que a pesar de nuestros intentos no lo logramos . Es en este caso  donde “percibimos”  que parece que hay “algo ” que influye ante nuestros esfuerzos haciéndolos casi inútiles. Eso  suele ser consecuencia de tres posibles causas: Que las energías del lugar en el que vivimos nos afecten negativamente. Porque estamos cometiendo errores a nivel personal. Que sea la suerte del cielo es  la que está ejerciendo su influencia sobre nosotros  reconduciendonos hacia otro camino. Aunque esto último forma parte de nuestro camino espiritual . 

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